Auriga conduciendo una viga 

Denominación Pintura mural
Autor:  
Cronología: Siglo III d.c.
Procedencia: Villa del Val, Complutum.
Material: Pintura mural
Dimensiones: 119 x 112 x 22 mm
Funcionalidad: Ornamental
Nº Inventario:

4/1. Ayuntamiento de Alcalá de Henares

Localización:  

Descripción:

Fragmento de pintura mural con la representación de un auriga guiando una viga lanzada a la carrera, que formaría parte de una escena de tipo narrativo, donde posiblemente apareciesen el resto de los actores de la carrera, así como el lugar donde se desarrollaba: el circo. Aunque ha sido imposible determinar el sistema compositivo, lo más seguro es que la escena estuviese en la zona media de una pared, de una estancia de representación o prestigio de la pars urbana de la villa.

El auriga de la escena, representado como un joven muchacho, viste una casaca de manga larga roja, lo que le identifica como perteneciente a la facción o equipo de los rojos, y va tocado con un casco de color azul turquesa  con alas o algún otro tipo de adorno, sujeta con los brazos extendidos las riendas de los dos briosos caballos que van engalanados con palmas sobre sus cabezas, como es habitual en los que participan en estos espectáculos. En la parte alta de la escena se distingue una inscripción, probablemente el nombre del cochero o de alguno de los caballos. Aunque está fragmentada por la parte superior del texto, parte de la lectura probable es:

VICTORIS

En cuanto a la ejecución de la pintura destaca la unidad estética y alta calidad que se refleja en el detalle y la composición, así como en la armonía de los colores cálidos utilizados, y en la expresividad de los movimientos que consiguen transmitir al espectador la vitalidad de la escena que se desarrolla sobre la arena del circo, arena representada por los tonos ocres del fondo. Destaca además el tratamiento de las sombras y las luces, conseguidas con la degradación de los tonos de los colores y la aplicación de pinceladas blancas en puntos precisos: mejilla, nariz y labios del auriga.  Finalmente por  su aspecto ornamental, carácter realista y barroco y miniaturista se puede afirmar que esta es una pintura  del III estilo.

 

 

 


Se trata de un delicado trabajo casi de miniaturismo, una parte mínima de una escena de ludi circenses, en este caso del subgénero narrativo, caracterizado por reproducir escenas concretas de carreras reales. Estas acostumbraban tener vinculación directa con el patrono que encargaba la obra: bien porque participe su facción, bien porque lo hagan sus caballos, o bien porque es el organizador de los juegos. De estas escenas, resueltas con enorme realismo y detallado retrato de los personajes en muchos casos, se conservan varios ejemplos muy similares, en pintura y mosaico, lo que implica la utilización de cartones a partir de los que trabajan los pictores imaginarii .